jueves, 16 de julio de 2009

PALESTINA: UN FUTBOL A PRUEBA DE BOMBAS

La FIFA premió a su Federación por mantener las constantes vitales de un fútbol en continua amenaza de destrucción y muerte.

El órgano rector del balompié mundial premiaba esa misma semana, en plena gala del FIFA World Player, la ardua labor de la Federación Palestina en su afán por mantener las constantes vitales de un fútbol en constante amenaza de destrucción y muerte, y por su contribución para hacer realidad el primer estadio adaptado a las normas internacionales en toda Cisjordania.
Como si fuese un guiño cruel del destino, dicho reconocimiento llegaba apenas tres días después del devastador ataque israelí sobre el orgullo de la FPF y de todos los palestinos que aman el fútbol. Por desgracia, no fue el único que ha golpeado en plena santa bárbara al deporte rey, en ese corredor de la muerte en que se ha convertido últimamente la franja de Gaza.
Tres integrantes de la selección palestina perdieron la vida a comienzos de este año, víctimas de los constantes e intensos bombardeos del ejército israelí que no cejaron de sacudir suelo cisjordano. Shadi Sbakhe y Ayman Alkurd, futbolistas que militaban en el Al-Ryadi de Falasteen y en el Khadamat Alniserat, respectivamente, perecieron en el interior de sus domicilios, que saltaron literalmente por los aires luego de un ataque artillero nocturno.
A Wajeh Moshtahe, un prometedor mediocampista ofensivo de 24 años que defendía los colores del Ittihad Alshojaeya, y que estaba llamado a ser el referente del fútbol en su país, la muerte le sorprendió en forma de bomba aérea cuando emprendía el camino de regreso hacia su hogar, al que lamentablemente nunca llegaría.
Los tres habían tomado parte el 26 de octubre del año pasado en la fiesta que supuso el histórico encuentro entre la selección de su país y la de Jordania, el primer partido en la franja de Gaza, y que sirvió para inaugurar el estadio Al Huseini de Al-Ram, en Ramallah. El resultado final fue de 1-1.
Junto a ellos, compartiendo vestuario y un sinfín de emociones, se encontraba esa tarde Roberto Fabián Bishara Adawi. El defensa del Palestino chileno e internacional con el combinado cisjordano y es hijo y nieto de palestinos y vivió en permamente estado de shock por lo que sucedió durante esas dramáticos días en su patria adoptiva.
"Cuando me avisaron de la muerte de los chicos, me partí de dolor. Me afectó. Me quedé helado sobre todo por la forma en que se produjeron", confesó posteriormente el zaguero andino.

AMISTOSOS IRAK-PALESTINA
El pesar de Bishara aumentó a medida que los recuerdos afloraban en su cabeza. "Era gente muy joven. Compartí mucho tiempo con ellos en el último viaje que hice a Palestina, en octubre. Me sorprendió el espíritu tan alegre que tenían, a pesar de los graves problemas que tienen que soportar día tras día. Siempre estaban sonrientes, cantábamos en el autobús, nos hacíamos bromas...".
El zaguero sudamericano tuvo la oportunidad de volver a ponerse la zamarra palestina con motivo de otro acontecimiento histórico: el doble Irak-Palestina disputado recientemente en las ciudades de Arbil, en el Kurdistán iraquí; y en Bagdad. Un par de duelos que ponían fin a casi siete años sin que un equipo extranjero pisara suelo iraquí para disputar un encuentro internacional por causa de la sangrienta guerra civil que asoló la antigua Babilonia desde abril de 2003, y que se cobró más de un millón de víctimas.
El ejemplo de deportividad dado por ambos equipos y el ambiente sereno y entusiasta que presidió los dos encuentros en el magnífico feudo del vigente campeón iraquí y en el estadio Nacional de Al Shaab deberían servir para que la FIFA se replantee definitivamente el levantar el veto que mantiene para disputar partidos internacionales en ese país y contribuir así a cerrar una herida que el fútbol está dispuesto a suturar del todo.

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